A finales de noviembre del pasado año se presentó el Informe sobre Libertad Religiosa en el Mundo 2010, preparado por Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN), donde se analiza la situación sobre la libertad religiosa en 194 países.
El Informe denuncia la tremenda injusticia que supone el hecho de que 350 millones de seres humanos sean perseguidos y discriminados a causa de su fe en el mundo. Aborda cuestiones como la libertad para cambiar de religión, para profesar y practicar las propias creencias religiosas, tanto en público como en privado, o la difusión de los valores del credo personal, sea cual fuere, analizando la presencia o prohibición de la libertad religiosa y aportando datos que resultan en muchos casos verdaderamente alarmantes. Aprecia, efectivamente, que se dan en relación con diversas comunidades religiosas y con sus respectivos miembros, leyes intolerantes e incluso discriminatorias, y se constatan decisiones y comportamientos, tanto activos como de omisión, que niegan la libertad religiosa.
El Informe permite constatar que los cristianos conforman el grupo religioso que con mayor frecuencia e intensidad sufre ataques, algo que ya habían constato la Comisión de Episcopados de la Comunidad Europea en un reciente informa en el que señalaba que del 75 al 85 % de las persecuciones religiosas se dirigen actualmente de forma directa contra comunidades cristianas. Cada año, 170.000 cristianos pierden la vida a causa de su fe, y el número total de fieles brutalmente perseguidos alcanza la cifra de 200 millones de personas.
El Informe también muestra que más de 200 millones de cristianos, en todo el mundo, sufren alguna forma de odio, violencia, amenaza, confiscación de propiedades y otros abusos a causa de su religión, siendo el grupo religioso más discriminado.
Del mismo modo, aparece con claridad que los países donde se experimenta una mayor hostilidad a la práctica de la religión en libertad son aquellos en los que crece con mayor rapidez y virulencia el extremismo religioso, especialmente el islámico. Radicalismo islámico y cristianofobia son hoy los principales riesgos para el ejercicio del derecho a la libertad religiosa en el mundo.
Este Informe supone una denuncia valiente de situaciones de injusticia y flagrante violación de los derechos humanos. Pero es también una llamada a la defensa de la propia identidad y de la propia fe.
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